viernes, 29 de diciembre de 2017

Jóvenes escuchan un fantasmal coro infantil y comparten su prueba



El escenario fue un antiguo orfanato que sirvió como hospital militar en plena guerra


 

Entre sus ruinas los integrantes de "Noche de Mitos" también se enfrentaron a vándalos 


     Los jóvenes registran todos los acontecimientos en el informe digital que se expone a continuación y que pertenece al expediente de LA GRAN XI NOCHE DE LAS PSICOFONÍAS, emitido para Onda Regional de Murcia "El Último Peldaño".
POR DAVID MADRAZO

(Al final del texto se adjuntan los audios estremecedores)



El Hospital de Sangre de Santa Laureana, un poco de historia negra

  En el año 2008 entrevisté a una persona, Mario, que durante la década de los años 90, captó una psicofonías en unas ruinas y que posteriormente había descubierto que eran de un antiguo orfanato femenino. Aquellas grabaciones le marcaron de por vida, sin llegar a repetir la experiencia jamás. El lugar aún existía y en pleno siglo XXI, emprendí, atraído por aquella experiencia, una indagación profunda sobre la historia de dicho lugar. Más de cien años de historia entre aquellas piedras atadas a la hiedra me desvelaron secretos sobre incendios, rituales y enseñanza a numerosas generaciones de huérfanas; pero lo más terrible y que sin duda cargó de horror toda su existencia fue el periodo en que sirvió como hospital de sangre. Un periodo oscuro y tenebroso, poco documentado: el mayor de todos sus íntimos secretos. Los hospitales de sangre eran centros improvisados, clandestinos, creados en plena guerra civil para curar heridos, víctimas de la contienda y de las epidemias desatadas por el hambre, la miseria y el sufrimiento… Con medios muy escasos.

  ¿Acaso es el periodo de hospital de guerra la causa de la actual actividad paranormal? Las indagaciones, la labor documental y  las experiencias de campo entre sus ruinas en apuntan directamente a ello. Y le invitamos a conocerlas. Acompáñenos al Asilo de Santa Laureana, un viaje que no podrá olvidar.

  Enclavado al norte de España se esconden estas ruinas, en un olvido de más de 30 años: una edificación portentosa y enorme. El entorno fue reconocido durante casi un siglo como “El Asilo de Santa Laureana”. Acisclo Fernández Vallín, personaje ilustre de la ciudad de Gijón en pleno desarrollo industrial donó parte de sus tierras con el fin de honrar a su esposa Laureana González y para dar techo, además de escolarizar, a la mayor cantidad de niñas huérfanas y necesitadas posible. El destino, cruelmente, les incapacitó con la posibilidad de tener descendencia. Era una manera de tener hijos y por otro lado, honrar a la memoria de Laurena. Corría el año de nuestro señor 1895 cuando Vallín, profesor y consejero de instrucción pública del Gobierno, adelantado de para su época, fallece sin ver finalizada la construcción y el apogeo de su sueño para niñas desamparadas. Su mujer fallecía siete años antes que él. Pero en su testamento dejó constancia que aquellas tierras pertenecerían a las huérfanas mientras el objetivo de la beneficencia se mantuviera bajo cargo de las hermanas de la Caridad del Sagrado Corazón de Jesús y llevaría por siempre el nombre de su esposa, gran entusiasta de los niños. En 1928 comienza a funcionar como colegio, aunque existe constancia documental en prensa antigua del asilo o donaciones para niñas desamparadas en años anteriores a esa fecha. Se firma un contrato, tal como fue última voluntad de Vallín, en conformidad de su hermana doña Nieves, un párroco, el rector de literatura de la Universidad de Oviedo y la madre superiora sor Dolores del Corazón de Jesús González de las hermanas de la caridad.


 Diversas generaciones de felicidad infantil, educación e incluso formación laboral vivieron una época dorada año tras año, hasta que en el año 1936 la tragedia golpeó con el puño del horror del ser humano sobre el Asilo y feliz orfanato de Santa Laureana. Estallaba en España la Gran Guerra Civil, que sembró de cientos de miles de muertos, de hambre y de miseria todo el país. Durante el principio de la contienda las monjas, cuatro religiosas, con 14 huérfanas a su cargo fueron soportando tensión, sustos y violentos registros hasta que el 10 de agosto las tropas entregaron una orden a la madre superiora para que desalojase de inmediato el lugar, que serviría como hospital de guerra. Debían marcharse con lo puesto y sin llevarse nada más. La historia cuenta como la madre Carmen Marín, Consuelo Arias, Manuela Porta y Luisa Villalaín, entre los llantos y lloros por las huérfanas, siendo la más pequeña de ocho años y la mayor de dieciocho, despertaron la pena y la misericordia entre el mando de tropa. Las milicias permitieron quedarse aquella tarde en su asilo mientras las ambulancias, camillas, demás tropas y el personal médico ocupaban el edificio. Posteriormente fueron conducidas a un palacio sito en el próximo Monte de Deva (Gijón), ocupado por aquellas partidas y donde estarían bajo su cargo y protección. Las hermanas se marcharon viendo como las tropas sacaban a la calle pupitres, libros y demás material que para el Hospital de Sangre Vallín y Hospital número seis a partir de aquel instante carecía de necesidad y de importancia.

  Cuarenta días después las hermanas eran separadas de las huérfanas. Ante la vista de la futura duración de la Guerra las autoridades de la ciudad decidieron hacerse cargo de las huérfanas mandándolas al colegio llamado San Vicente y las hermanas, tristemente separadas de sus pequeñas, viajaron hasta Santander a refugiarse en un pequeño pueblo llamado Quintana de Soba. Un año después, tras soportar sufrimiento, hambre y diversos problemas, las hermanas regresaron con la decisión de ayudar, al margen de ideales políticos, a los heridos y enfermos que se resguardaban en su antiguo hogar. Pero la Guerra duró mucho y no pudieron volver a dar clases y cobijo a huérfanas hasta el año 1940. Luego, las consecuencias de la Gran Guerra les legó más alumnas y el número de huérfanas creció desmesuradamente mes a mes y año a año. 

  La posguerra enterró el recuerdo de aquel Hospital de Sangre. Lugares de ayuda pero de horror, ocupaban edificios incautados como centros escolares o fincas privadas cerca de los puntos más calientes de acción bélica. Destinados a diversas cirugías de urgencia, atender grandes traumatismos, hemorragias e incluso el cuidado de enfermedades que proliferan con el paso del tiempo de contienda como la tuberculosis o peste blanca, el tifus e incluso las venéreas. En el caso de España y más en concreto del norte que nos ocupa, el personal médico cualificado era escaso e insuficiente, encima de la gran cantidad de heridos y víctimas que día tras día arrojaba el conflicto. Los directores del Hospital Vallín, lugar que nos ocupa, fueron Luis Alvargonzález Prendes y Francisco Álvarez García. El capitán Alvargonzález, destinado en el asilo de huérfanas durante el año 37, fue juzgado con pena de muerte cuando el bando contrario ganó la contienda y lo capturó. Por suerte para él le fue conmutada en el año 39. Pero otros, no corrieron la misma suerte. Muchos de los heridos de estos hospitales de sangre en aquellos tiempos de Guerra Civil española, enfermos terminales, heridos graves o lisiados permanentes, fueron ejecutados en las mismas dependencias. Tal vez ocurrió lo mismo en Santa Laureana, pero las monjas se guardaron, de haber sido testigo de ello, el secreto con ellas para siempre. 114 camas además de las improvisadas dieron allí cobijo y auxilio a cientos y cientos de heridos en batalla, mientras permanecían ocultos de posibles bombardeos gracias a aquellos grandes árboles, allí, en primera línea. Cuentan que en aquellos tiempos no se empleaba la anestesia actual, sin apenas medicamentos ni vendas, muchas veces los recursos obligaron a emplear medios horribles para intentar curar aquellas vicisitudes sangrientas. Incluso existen documentos en España de operaciones exitosas con el uso de alambres improvisados para unir desprendimientos diversos o medios improvisados para arreglar fracturas y cortar hemorragias o transfusiones de sangre de muertos a vivos. Infecciones y enfermedades eran formas de morir más lentas y horribles que una muerte rápida en el campo de batalla.

  Los años como Asilo en Santa Laureana prosiguieron por años, hasta que en 1982 las hermanas se trasladan abandonando el lugar por problema económicos a otro orfanato más moderno y con más recursos. En el año 1987, se produce un terrible incendio que destruye gran parte de las instalaciones. Como cuenta el artículo rescatado de la prensa antigua del 10 de Junio de 1987, los vecinos habían visto a gentes que rondaban el lugar aquella misma tarde, además de ser testigos de cómo, desde el abandono de las hermanas, otros indeseables buscaban el robo de cualquier objeto de valor. En el año 2005, el entorno, parcelas y restos de edificio regresaba, tras una dura batalla legal, a manos de los descendientes del noble valiente e ilustre Vallín que con su deseo creó un sueño que duró muchos años, pero que la mano del odio del ser humano, llegó a destruir casi por completo. Unos años antes, un joven adolescente, ajeno de la historia del lugar captaba unos sonidos imposibles en una vieja grabadora. En el año 2008, me contó su experiencia paranormal. Y conocí el lugar pude rescatar su apasionante historia, prácticamente olvidada salvo por sus últimos protagonistas. También, el resumen de toda la documentación obtenida dio como fruto el resumen que usted, querido lector, acaba de leer.


Un poco de hemeroteca

Diario desaparecido “El Noroeste” 3 de Diciembre de 1905:
“junta de beneficencia del día 2 de Noviembre… En conformidad con el dictamen se reformó el expediente de clasificación de la fundación de asilo de santa Laureana creada por el excelentísimo señor don Acisclo Fernández Vallín y Bustillo.”
Diario desaparecido “El Noroeste” 20 de Enero de 1905:
“Se dio cuenta de la real orden del 26 de Diciembre último, declarando de beneficencia  particular el Asilo de Santa Laureana, instituido en la villa de Gijón por Don Acisclo Fernández Vallín”.
Diario desaparecido “La Voluntad” 1 de Enero de 1908:
“Éxito del festival a beneficio de la “operación juguete”  entre otros, el ayuntamiento regala juguetes al centro benéfico de Santa Laureana.
Diario desaparecido “El Noroeste” 9 de Febrero de 1908:
El rector de la Universidad de Oviedo, presidente del Patronato del Asilo de Santa Laureana para niñas huérfanas, Fermín Canella, firma una nota de prensa en la que abre un concurso para posibles donaciones de edificios que posean mejores condiciones que el instalado en Somió en la finca doña Nieves F. Vallín, hermana de don Acisclo, presentando los planos detallados del sueño del mismo.
Diario desaparecido “El Noroeste” 26 de Abril de 1914:
“La gaceta publica una disposición, eximiendo del impuesto que grava a las personas jurídicas al Asilo de Santa Laureana en Gijón.”
Diario desaparecido “El Noroeste” 4 de Noviembre de 1930:
“La junta Provincial de Beneficencia acuerda que conste en acta el sentimiento por la muerte de doña Nieves Fernández Vallín, patrona de sangre de la fundación “Asilo de Santa Laureana” para niñas huérfanas de Gijón, Somió, a la que dedicó sus mayores desvelos y dsipensó contante protección.”
Diario desaparecido “El Avance” 27 de Mayo de 1937:
“Sanidad haberes de pago, hospital antivenéreo de Somió, Belarmino G. y M.”.
Diario desaparecido “El Avance” 22 de Marzo de 1937:
“Donativos para los hospitales de Sangre”
Diario desaparecido “La Voluntad” 1 de Mayo de 1938:
“El combatiente Luis Casanovas, del Hospital Vallín, Somió, sala 3, cama 23, ya ha sido complacido. La señora de don Rafael Fuente, nos ha ofrecido un violín que, en cuanto esté arreglado y se le pongan cuerdas que le faltan, que será en breve, pasará a su poder para entretener, artísticamente, su forzado reposo. Muy reconocidos a la generosa señora”.
Diario desaparecido “La Voluntad” 14 de Mayo de 1938:
“Entrega de prendas a nuestros combatientes… entre los distintos hospitales de Asturias, aparece reflejado que al hospital número 6, otorgan 185 cajetillas…”.
Diario “El Comercio” 5 de Febrero de 1978:
El padre Victoriano Rivas Andrés publica un extenso artículo dedicado a la historia de el Colegio Asilo de Santa Laureana.
Diario “La Nueva España” 10 de Junio de 1987:
“Un incendio destruye el antiguo asilo de Santa Laureana, en Somió”.
Diario “La Nueva España” 10 de Mayo de 2005:
“El Supremo devuelve la finca de Santa Laureana a la familia de Fernández-Vallín”.

  Santa Laureana, el Hospital Vallín, Hospitales de sangre… la posguerra enterró su recuerdo. Lugares de ayuda pero de horror, ocupaban edificios incautados como centros escolares o fincas privadas cerca de los puntos más calientes de acción bélica. Destinados a diversas cirugías de urgencia, atender grandes traumatismos, hemorragias e incluso el cuidado de enfermedades que proliferan con el paso del tiempo de contienda como la tuberculosis o peste blanca, el tifus e incluso las venéreas. En el caso de España y más en concreto del norte que nos ocupa, el personal médico cualificado era escaso e insuficiente, encima de la gran cantidad de heridos y víctimas que día tras día arrojaba el conflicto. Cuentan que en aquellos tiempos no se empleaba la anestesia actual, sin apenas medicamentos ni vendas, muchas veces los recursos obligaron a emplear medios horribles para intentar curar aquellas vicisitudes sangrientas.


La jornada de la Gran Noche de las Psicofonías N.º 11

   Este hospital de sangre es lugar impregnado e idóneo para “la caza externa de psicofonías”. No será la última vez que nos sorprende. Resumiremos la jornada con los acontecimientos más importantes que afortunadamente hemos vivido.

21:00 horas

  Comenzamos la visita al gran asilo y antiguo hospital. Los integrantes del equipo están formados por David Madrazo, Bruce Arkonte (Seoarkonte), Tothe González, Alejandro Acisclo y Fernando. Precisamente Acisclo, integrante de Noche de Mitos, es uno de los dueños y descendientes del fundador del orfanato. En este lugar, hace más de un año, escuchó la primera psicofonía que respondió a su pregunta.

  Comienzan las rondas para localizar posibles allanadores. Elegimos como estancia central para las prácticas el edificio de solo una planta que se sitúa frente a la antigua fachada principal y cancha de baloncesto, completamente comida por la vegetación.

22:00 – 04:00

  Las experimentaciones se basaron en dejar a una persona sola, controlada por infrarrojo, escuchando el sonido ambiente amplificado y anotando cualquier ruido natural o sobrenatural, sincronizado con la grabadora digital conectada a un potente micrófono ambiental. Los periodos de control oscilaron entre veinte minutos y media hora.

  En el informe que adjunto en fotografía fueron anotadas algunas anomalías, descartadas muchas de ellas por causas naturales como por ejemplo las aves nocturnas o amplificaciones de sonidos leves de la cámara infrarroja pero que amplificados rompieron el silencio controlado por el vigilante.

  Nos quedamos con varios fenómenos paranormales:

1-      Alteración anómala de la radio de onda corta, sin antena, cuya grabación adjuntamos. Cinco minutos después de la práctica de El Último Peldaño sincrónica de las 00.00 de la noche.
2-      El detector de movimiento por calor salta solo.
3-      Tothe y Fernándo escuchan la voz de una niña a simple oído en las dependencias del sur (mimofonía). No es grabada.
4-      En la despedida, donde emitimos uno de los directos en Youtube, intentamos una concentración conjunta y provocación de fenómenos, evocando educadamente a las posibles presencias. No ocurre nada. Sin embargo, una vez desconectamos las cámaras uno de los cascabeles que teníamos colgando de un árbol sonó repetidamente y de forma intensa, como “si algo tirara de ello repetidamente y con fuerza e intención para que lo escuchásemos”. Pudo ser una respuesta a la manifestación propuesta “danos una señal, por favor”.
5-      Una fotografía de Bruce Seoarkonte, la cual adjuntamos, muestra una especie de cara en el arco derecho de la fachada principal. Según el veterano investigador Constans, nos indica que es sin lugar a dudas una “vaina espectral”. Sin embargo, nos vemos obligados a plantear también la posibilidad de una posible pareidolia.

PSICOFONÍAS:

      Descartamos  unas cuantas leves, de clase C, y nos quedamos con las más notables. Todas obtenidas en las sesiones controladas.

1 - Grito lejano femenino y un “qué” de tono masculino y cercano.
2 – Otra vez la voz masculina y cercana, dice “èhhhhhhh” y grito breve como un lamento. Esta misma voz aparece de nuevo en la siguiente psicofonía.
3 - Misma voz tono masculino, otro lamento.

4 – Coro de niños. Para nosotros la más buena y sorprendente, además de larga. Parece que cantan varias niñas o niños: “escuchad, cuanta sangre, como lamentos”.