"(...) Es un entorno mágico y único, también considerado sagrado desde hace milenios. Una ruta senderista y cicloturista (Bustio - La Franca) bordea el entorno en la actualidad y coincide, en parte, con un primitivo y controvertido camino de Santiago. Para algunos autores e investigadores auténticos, únicos y de pura casta como es Víctor Guerra, se trataría del Camino más espiritual, iniciático y místico que discurriría desde Santander por el norte, para continuar, tras esta dura etapa, por el resto de la costa hasta Llanes. Este primitivo camino era conocido como “la Senda de los Salvadores. Suponemos que sus guardianes, serían caballeros excepcionales (...)" (Madrazo David, "50 lugares mágicos de Asturias", Ed. cydonia, 2013).
"(...) Tras contemplar la Ermita de San Emeterio y recorrer los caminos boscosos, llegaremos a través de la senda a las ruinas del poblado de Tinamayor y su monasterio. Poco se recuerda sobre quién vivió en estas ruinas que se desperdigan solitarias por toda la zona de los alrededores del monasterio cuando aún eran habitables. Bellmunt y Canella, en su ilustre obra del año 1900 “Asturias”, arrojan pequeños datos al respecto, refiriéndose a “antiguas viviendas de humildes pequeños solitarios”. También existen otras teorías que asocian estas construcciones a antiguas chozas donde los peregrinos del primitivo camino de Santiago encontraban un reposo bajo la atención y protección de los monjes. (...)" (Madrazo David, "50 lugares mágicos de Asturias", Ed. cydonia, 2013).
Anexo I del libro "50 lugares mágicos de Asturias" de David Madrazo, Ed. Cydonia:
Juan Luis Rodríguez Vigilcuenta en su obra “Geografía sagrada de Asturias” la curiosa leyenda de tres hermanos perseguidos por piratas a través del mar, y que logran librarse del temido ataque gracias a la intervención divina. Sus nombres eran Marina, Tina y Medé y su leyenda aún perdura en la tradición popular del concejo de Ribadedeva. Estos hermanos, tras naufragar y sobrevivir en estas tierras de Ribadedeva, entregan su vida totalmente al Cristianismo, instalándose en varios lugares que se considerarán sagrados para la posterioridad. Medé, que es a su vez San Emeterio, se instalará en la ermita que aún se conserva. Marina se irá hasta Llanes y Tina adoptará la vida de eremita en un antiguo templo pagano, donde posteriormente se levantará un monasterio y donde termina esta peculiar ruta iniciática.
La visión del Monasterio de Tina no nos dejará impasibles. Sus ruinas emergen sobre un pequeño y antiguo templo de la Reconquista, un Cella Orationis, donde se llevaron a cabo enterramientos. Todo ello aparece documentado y reflejado por Javier Fernández Conde en sus labores arqueológicas financiadas por la Consejería de Cultura del Principado de Asturiasy que se llevaron a cabo entre los años 1985 y 1986. En su primer balance demuestra el gran trabajo realizado al detalle, y, además del descubrimiento anteriormente citado, el hallazgo de veinte esqueletos repartidos en tres fases distintas, enterramientos en la fase más inferior que se vendrían haciendo desde la fundación del primer y pequeño templo. Entre los vecinos más veteranos de Pimiango se recuerdan chocantes visiones sobre los hallazgos en las excavaciones, como esqueletos de pequeño tamaño que nos llevarían a concluir que, indudablemente, podrían tratarse de bebés. Y documentado está que, entre los restos hallados en estos trabajos, Conde hace referencia al cuerpo de un niño entre los restos clasificados. La arquitectura del templo más moderno, creado sobre el primitivo, es sencilla y a la vez peculiar, de planta corta, sin ornamentación, sin contrafuertes, realizada en mampostería y piedra, lo que nos demuestra la humildad de la orden benedictina que estuvo en el templo. Consta de una sola nave pero que espiritualmente estuvo dividida sin muros en tres partes, como demuestra su triple ábside frontal y el desnivel de la parte central con las laterales, siendo estas partes interiores de los ábsides las únicas parcelas que a sus pies poseen suelo de piedra y no de tierra. Podemos también apreciar, observando los restos de los arcos que sujetaban el tejado de excesiva altura, que se rindió un importante culto dentro del templo, principalmente en su parte central que daría al altar donde se encontraba la estatuilla principal.
Los escritos más viejos que hablan sobre Tina se fechan en el año 932 y las restauraciones pertenecen a los tiempos del Renacimiento. Se celebraron bodas en el siglo XVII y XVIII y desde esa fecha fue desapareciendo el culto y progresando el estado de abandono. Dos tallas que se conservan en la iglesia del pueblo de Pimiango presidieron sus altares. Una se trata de la inquietante Virgen de Tina, de rasgos rectangulares y que demuestra unas características similares a las vírgenes negras, aunque la pintura de su última restauración oculta su primitivo color. La otra es la triple imagen de Santa Ana, representada también con su hija María y su nieto. Según los estudios de Carlos Mª de Luis, generalmente estas imágenes podrían arrojar pequeñas pistas sobre un culto ancestral derivado de la Madre Tierra, y que fue divulgado por la Orden del Temple. En el lateral izquierdo podemos apreciar un antiguo sepulcro, cuya lauda se conserva en el Museo Arqueológico de Oviedo y que pudo pertenecer a algún caballero de cuyo nombre nadie puede acordarse. Y en el exterior de la entrada principal apreciamos también los restos de un antiguo y humilde horno que evoca a la imaginación la independencia que tuvieron sin lugar a dudas los oradores de este enclave.
(David Madrazo, 2013)
Anexo II del libro "50 lugares mágicos de Asturias" de David Madrazo, Ed. Cydonia: En el Museo Arqueológico de Asturias se localizan los hallazgos de Tinamayor.
Lauda o Lápida sepulcral de Tina depositada en el Museo Arqueológico de Asturias. (Fotografía realizada en sus dependencias) |
Anillo de Tinamayor, en el Museo Arqueológico de Asturias. (Fotografía realizada en sus dependencias) |
la Triple imagen citada en el anexo I, actualmente en la iglesia de Pimiango (Rivadedeva). |
La antigua imagen de la Virgen de Tinamayor, actualmente restaurada y como pudo apreciar Carlos María de Luis, pudo ser negra. |
He querido, estimado "mitero", compartir un entorno mágico que quizás sea con más razón el merecedor de tal adjetivo, seguramente ganado por permanecer incólume en nuestra época actual.
Compartir en forma de anexo material adicional que había quedado en el archivo sin salir a la luz. Héroes y rescatadores del tiempo, por ejemplo, que trabajaron en ese lugar para que podamos disfrutarlo. Auténticos tesoros del tiempo que aparecieron entre su subsuelo y que nos conduce como objetivo final del viaje al Museo Arqueólogico de Asturias e incluso al interior de la iglesia de Pimiango. Una muestra de como la magia, ha permitido conservar repartidos por la geografía astur algunos de los elementos milenarios, sí, milenarios del lugar. Le dejamos al final de estas páginas de álbum de fotografías digital los podcast de audio grabados en este año 2017 en el entorno, además del vídeo. Son páginas de muchas vivencias también, aunque no todas ellas se hayan hecho públicas. Espero que disfrute de este compendio con material adicional y que si disfruta de lo que nos brinda la naturaleza, luche por defenderla, puesto que al fin y al cabo, somos sus hijos.