El escenario fue un antiguo orfanato que sirvió como hospital militar en plena guerra
Entre sus ruinas los integrantes de "Noche de Mitos" también se enfrentaron a vándalos
Los jóvenes registran todos los acontecimientos en el informe digital que se expone a continuación y que pertenece al expediente de LA GRAN XI NOCHE DE LAS PSICOFONÍAS, emitido para Onda Regional de Murcia "El Último Peldaño".
POR DAVID MADRAZO
(Al final del texto se adjuntan los audios estremecedores)
El Hospital de Sangre de Santa Laureana, un poco de
historia negra
En el año 2008 entrevisté
a una persona, Mario, que durante la década de los años 90, captó una
psicofonías en unas ruinas y que posteriormente había descubierto que eran de
un antiguo orfanato femenino. Aquellas grabaciones le marcaron de por vida, sin
llegar a repetir la experiencia jamás. El lugar aún existía y en pleno siglo
XXI, emprendí, atraído por aquella experiencia, una indagación profunda sobre
la historia de dicho lugar. Más de cien años de historia entre aquellas piedras
atadas a la hiedra me desvelaron secretos sobre incendios, rituales y enseñanza
a numerosas generaciones de huérfanas; pero lo más terrible y que sin duda cargó
de horror toda su existencia fue el periodo en que sirvió como hospital de sangre. Un periodo oscuro y
tenebroso, poco documentado: el mayor de todos sus íntimos secretos. Los
hospitales de sangre eran centros improvisados, clandestinos, creados en plena guerra
civil para curar heridos, víctimas de la contienda y de las epidemias desatadas
por el hambre, la miseria y el sufrimiento… Con medios muy escasos.
¿Acaso es el periodo
de hospital de guerra la causa de la actual actividad paranormal? Las
indagaciones, la labor documental y las
experiencias de campo entre sus ruinas en apuntan directamente a ello. Y le
invitamos a conocerlas. Acompáñenos al Asilo de Santa Laureana, un viaje que no
podrá olvidar.
Enclavado al norte de
España se esconden estas ruinas, en un olvido de más de 30 años: una
edificación portentosa y enorme. El entorno fue reconocido durante casi un
siglo como “El Asilo de Santa Laureana”. Acisclo
Fernández Vallín, personaje ilustre de la ciudad de Gijón en pleno
desarrollo industrial donó parte de sus tierras con el fin de honrar a su
esposa Laureana González y para dar
techo, además de escolarizar, a la mayor cantidad de niñas huérfanas y
necesitadas posible. El destino, cruelmente, les incapacitó con la posibilidad
de tener descendencia. Era una manera de tener hijos y por otro lado, honrar a
la memoria de Laurena. Corría el año de nuestro señor 1895 cuando Vallín,
profesor y consejero de instrucción pública del Gobierno, adelantado de para su
época, fallece sin ver finalizada la construcción y el apogeo de su sueño para
niñas desamparadas. Su mujer fallecía siete años antes que él. Pero en su
testamento dejó constancia que aquellas tierras pertenecerían a las huérfanas
mientras el objetivo de la beneficencia se mantuviera bajo cargo de las
hermanas de la Caridad
del Sagrado Corazón de Jesús y llevaría por siempre el nombre de su esposa,
gran entusiasta de los niños. En 1928 comienza a funcionar como colegio, aunque
existe constancia documental en prensa antigua del asilo o donaciones para
niñas desamparadas en años anteriores a esa fecha. Se firma un contrato, tal
como fue última voluntad de Vallín, en conformidad de su hermana doña Nieves,
un párroco, el rector de literatura de la Universidad de Oviedo
y la madre superiora sor Dolores del
Corazón de Jesús González de las hermanas de la caridad.
Diversas generaciones
de felicidad infantil, educación e incluso formación laboral vivieron una época
dorada año tras año, hasta que en el año 1936 la tragedia golpeó con el puño
del horror del ser humano sobre el Asilo y feliz orfanato de Santa Laureana. Estallaba
en España la Gran Guerra
Civil, que sembró de cientos de miles de muertos, de hambre y de miseria todo
el país. Durante el principio de la contienda las monjas, cuatro religiosas,
con 14 huérfanas a su cargo fueron soportando tensión, sustos y violentos
registros hasta que el 10 de agosto las tropas entregaron una orden a la madre
superiora para que desalojase de inmediato el lugar, que serviría como hospital
de guerra. Debían marcharse con lo puesto y sin llevarse nada más. La historia
cuenta como la madre Carmen Marín, Consuelo Arias, Manuela Porta y Luisa
Villalaín, entre los llantos y lloros por las huérfanas, siendo la más pequeña de
ocho años y la mayor de dieciocho, despertaron la pena y la misericordia entre
el mando de tropa. Las milicias permitieron quedarse aquella tarde en su asilo
mientras las ambulancias, camillas, demás tropas y el personal médico ocupaban
el edificio. Posteriormente fueron conducidas a un palacio sito en el próximo
Monte de Deva (Gijón), ocupado por aquellas partidas y donde estarían bajo su
cargo y protección. Las hermanas se marcharon viendo como las tropas sacaban a
la calle pupitres, libros y demás material que para el Hospital de Sangre Vallín
y Hospital número seis a partir de aquel instante carecía de necesidad y de
importancia.
Cuarenta días
después las hermanas eran separadas de las huérfanas. Ante la vista de la
futura duración de la Guerra
las autoridades de la ciudad decidieron hacerse cargo de las huérfanas
mandándolas al colegio llamado San Vicente y las hermanas, tristemente
separadas de sus pequeñas, viajaron hasta Santander a refugiarse en un pequeño
pueblo llamado Quintana de Soba. Un año después, tras soportar sufrimiento, hambre
y diversos problemas, las hermanas regresaron con la decisión de ayudar, al
margen de ideales políticos, a los heridos y enfermos que se resguardaban en su
antiguo hogar. Pero la Guerra
duró mucho y no pudieron volver a dar clases y cobijo a huérfanas hasta el año
1940. Luego, las consecuencias de la Gran
Guerra les legó más alumnas y el número de huérfanas creció
desmesuradamente mes a mes y año a año.
La posguerra enterró
el recuerdo de aquel Hospital de Sangre. Lugares de ayuda pero de horror, ocupaban
edificios incautados como centros escolares o fincas privadas cerca de los
puntos más calientes de acción bélica. Destinados a diversas cirugías de
urgencia, atender grandes traumatismos, hemorragias e incluso el cuidado de
enfermedades que proliferan con el paso del tiempo de contienda como la
tuberculosis o peste blanca, el tifus e incluso las venéreas. En el caso de
España y más en concreto del norte que nos ocupa, el personal médico
cualificado era escaso e insuficiente, encima de la gran cantidad de heridos y
víctimas que día tras día arrojaba el conflicto. Los directores del Hospital
Vallín, lugar que nos ocupa, fueron Luis Alvargonzález Prendes y Francisco
Álvarez García. El capitán Alvargonzález, destinado en el asilo de huérfanas
durante el año 37, fue juzgado con pena de muerte cuando el bando contrario
ganó la contienda y lo capturó. Por suerte para él le fue conmutada en el año
39. Pero otros, no corrieron la misma suerte. Muchos de los heridos de estos
hospitales de sangre en aquellos tiempos de Guerra Civil española, enfermos
terminales, heridos graves o lisiados permanentes, fueron ejecutados en las
mismas dependencias. Tal vez ocurrió lo mismo en Santa Laureana, pero las
monjas se guardaron, de haber sido testigo de ello, el secreto con ellas para
siempre. 114 camas además de las improvisadas dieron allí cobijo y auxilio a cientos
y cientos de heridos en batalla, mientras permanecían ocultos de posibles
bombardeos gracias a aquellos grandes árboles, allí, en primera línea. Cuentan
que en aquellos tiempos no se empleaba la anestesia actual, sin apenas
medicamentos ni vendas, muchas veces los recursos obligaron a emplear medios
horribles para intentar curar aquellas vicisitudes sangrientas. Incluso existen
documentos en España de operaciones exitosas con el uso de alambres
improvisados para unir desprendimientos diversos o medios improvisados para
arreglar fracturas y cortar hemorragias o transfusiones de sangre de muertos a
vivos. Infecciones y enfermedades eran formas de morir más lentas y horribles
que una muerte rápida en el campo de batalla.
Los años como Asilo
en Santa Laureana prosiguieron por años, hasta que en 1982 las hermanas se
trasladan abandonando el lugar por problema económicos a otro orfanato más
moderno y con más recursos. En el año 1987, se produce un terrible incendio que
destruye gran parte de las instalaciones. Como cuenta el artículo rescatado de
la prensa antigua del 10 de Junio de 1987, los vecinos habían visto a gentes
que rondaban el lugar aquella misma tarde, además de ser testigos de cómo,
desde el abandono de las hermanas, otros indeseables buscaban el robo de
cualquier objeto de valor. En el año 2005, el entorno, parcelas y restos de
edificio regresaba, tras una dura batalla legal, a manos de los descendientes
del noble valiente e ilustre Vallín que con su deseo creó un sueño que duró
muchos años, pero que la mano del odio del ser humano, llegó a destruir casi
por completo. Unos años antes, un joven adolescente, ajeno de la historia del
lugar captaba unos sonidos imposibles en una vieja grabadora. En el año 2008,
me contó su experiencia paranormal. Y conocí el lugar pude rescatar su
apasionante historia, prácticamente olvidada salvo por sus últimos
protagonistas. También, el resumen de toda la documentación obtenida dio como
fruto el resumen que usted, querido lector, acaba de leer.
Un poco de hemeroteca
Diario desaparecido
“El Noroeste” 3 de Diciembre de 1905:
“junta de beneficencia del día 2 de Noviembre… En
conformidad con el dictamen se reformó el expediente de clasificación de la
fundación de asilo de santa Laureana creada por el excelentísimo señor don
Acisclo Fernández Vallín y Bustillo.”
Diario desaparecido
“El Noroeste” 20 de Enero de 1905:
“Se dio cuenta de la real orden del 26 de Diciembre último,
declarando de beneficencia particular el
Asilo de Santa Laureana, instituido en la villa de Gijón por Don Acisclo
Fernández Vallín”.
Diario desaparecido “La Voluntad ” 1 de Enero de
1908:
“Éxito del festival a beneficio de la “operación
juguete” entre otros, el ayuntamiento
regala juguetes al centro benéfico de Santa Laureana.
Diario desaparecido
“El Noroeste” 9 de Febrero de 1908:
El rector de la Universidad de Oviedo, presidente del Patronato
del Asilo de Santa Laureana para niñas huérfanas, Fermín Canella, firma una
nota de prensa en la que abre un concurso para posibles donaciones de edificios
que posean mejores condiciones que el instalado en Somió en la finca doña
Nieves F. Vallín, hermana de don Acisclo, presentando los planos detallados del
sueño del mismo.
Diario desaparecido
“El Noroeste” 26 de Abril de 1914:
“La gaceta publica una disposición, eximiendo del impuesto
que grava a las personas jurídicas al Asilo de Santa Laureana en Gijón.”
Diario desaparecido
“El Noroeste” 4 de Noviembre de 1930:
“La junta Provincial de Beneficencia acuerda que conste en
acta el sentimiento por la muerte de doña Nieves Fernández Vallín, patrona de
sangre de la fundación “Asilo de Santa Laureana” para niñas huérfanas de Gijón,
Somió, a la que dedicó sus mayores desvelos y dsipensó contante protección.”
Diario desaparecido
“El Avance” 27 de Mayo de 1937:
“Sanidad haberes de pago, hospital antivenéreo de Somió,
Belarmino G. y M.”.
Diario desaparecido
“El Avance” 22 de Marzo de 1937:
“Donativos para los hospitales de Sangre”
Diario desaparecido “La Voluntad ” 1 de Mayo de
1938:
“El combatiente Luis Casanovas, del Hospital Vallín, Somió,
sala 3, cama 23, ya ha sido complacido. La señora de don Rafael Fuente, nos ha
ofrecido un violín que, en cuanto esté arreglado y se le pongan cuerdas que le
faltan, que será en breve, pasará a su poder para entretener, artísticamente,
su forzado reposo. Muy reconocidos a la generosa señora”.
Diario desaparecido “La Voluntad ” 14 de Mayo de
1938:
“Entrega de prendas a nuestros combatientes… entre los
distintos hospitales de Asturias, aparece reflejado que al hospital número 6,
otorgan 185 cajetillas…”.
Diario “El Comercio” 5
de Febrero de 1978:
El padre Victoriano Rivas Andrés publica un extenso artículo
dedicado a la historia de el Colegio Asilo de Santa Laureana.
Diario “La Nueva España ” 10 de Junio de
1987:
“Un incendio destruye el antiguo asilo de Santa Laureana, en
Somió”.
Diario “La Nueva España ” 10 de Mayo de
2005:
“El Supremo devuelve la finca de Santa Laureana a la familia
de Fernández-Vallín”.
Santa Laureana, el
Hospital Vallín, Hospitales de sangre… la posguerra enterró su recuerdo.
Lugares de ayuda pero de horror, ocupaban edificios incautados como centros
escolares o fincas privadas cerca de los puntos más calientes de acción bélica.
Destinados a diversas cirugías de urgencia, atender grandes traumatismos,
hemorragias e incluso el cuidado de enfermedades que proliferan con el paso del
tiempo de contienda como la tuberculosis o peste blanca, el tifus e incluso las
venéreas. En el caso de España y más en concreto del norte que nos ocupa, el
personal médico cualificado era escaso e insuficiente, encima de la gran
cantidad de heridos y víctimas que día tras día arrojaba el conflicto. Cuentan
que en aquellos tiempos no se empleaba la anestesia actual, sin apenas
medicamentos ni vendas, muchas veces los recursos obligaron a emplear medios
horribles para intentar curar aquellas vicisitudes sangrientas.
La jornada de la Gran Noche de las Psicofonías N.º 11
Este hospital de sangre es lugar
impregnado e idóneo para “la caza externa de psicofonías”. No será la última
vez que nos sorprende. Resumiremos la jornada con los acontecimientos más
importantes que afortunadamente hemos vivido.
21:00 horas
Comenzamos la visita
al gran asilo y antiguo hospital. Los integrantes del equipo están formados por
David Madrazo, Bruce Arkonte (Seoarkonte), Tothe González, Alejandro Acisclo y
Fernando. Precisamente Acisclo, integrante de Noche de Mitos, es uno de los
dueños y descendientes del fundador del orfanato. En este lugar, hace más de un
año, escuchó la primera psicofonía que respondió a su pregunta.
Comienzan las rondas
para localizar posibles allanadores. Elegimos como estancia central para las
prácticas el edificio de solo una planta que se sitúa frente a la antigua
fachada principal y cancha de baloncesto, completamente comida por la
vegetación.
22:00 – 04:00
Las
experimentaciones se basaron en dejar a una persona sola, controlada por
infrarrojo, escuchando el sonido ambiente amplificado y anotando cualquier
ruido natural o sobrenatural, sincronizado con la grabadora digital conectada a
un potente micrófono ambiental. Los periodos de control oscilaron entre veinte
minutos y media hora.
En el informe que
adjunto en fotografía fueron anotadas algunas anomalías, descartadas muchas de
ellas por causas naturales como por ejemplo las aves nocturnas o
amplificaciones de sonidos leves de la cámara infrarroja pero que amplificados
rompieron el silencio controlado por el vigilante.
Nos quedamos con
varios fenómenos paranormales:
1- Alteración
anómala de la radio de onda corta, sin antena, cuya grabación adjuntamos. Cinco
minutos después de la práctica de El Último Peldaño sincrónica de las 00.00 de
la noche.
2- El
detector de movimiento por calor salta solo.
3- Tothe
y Fernándo escuchan la voz de una niña a simple oído en las dependencias del
sur (mimofonía). No es grabada.
4- En
la despedida, donde emitimos uno de los directos en Youtube, intentamos una
concentración conjunta y provocación de fenómenos, evocando educadamente a las
posibles presencias. No ocurre nada. Sin embargo, una vez desconectamos las
cámaras uno de los cascabeles que teníamos colgando de un árbol sonó
repetidamente y de forma intensa, como “si algo tirara de ello repetidamente y
con fuerza e intención para que lo escuchásemos”. Pudo ser una respuesta a la
manifestación propuesta “danos una señal, por favor”.
5- Una
fotografía de Bruce Seoarkonte, la cual adjuntamos, muestra una especie de cara
en el arco derecho de la fachada principal. Según el veterano investigador
Constans, nos indica que es sin lugar a dudas una “vaina espectral”. Sin
embargo, nos vemos obligados a plantear también la posibilidad de una posible
pareidolia.
PSICOFONÍAS:
Descartamos unas cuantas leves, de clase C, y nos
quedamos con las más notables. Todas obtenidas en las sesiones controladas.
1 - Grito lejano femenino y un
“qué” de tono masculino y cercano.
2 – Otra vez la voz masculina y
cercana, dice “èhhhhhhh” y grito breve como un lamento. Esta misma voz aparece
de nuevo en la siguiente psicofonía.
3 - Misma voz tono masculino,
otro lamento.
4 – Coro de niños. Para nosotros
la más buena y sorprendente, además de larga. Parece que cantan varias niñas o
niños: “escuchad, cuanta sangre, como lamentos”.